Los trabajos futuros demandarán cada vez mayores conocimientos en TIC

El pasado martes 9 de abril, Soledad Acuña, cofundadora y directora operativa de ComIT (Comunidad IT) participó como oradora en el Foro Regional Anual Sociedad Civil y Grupo BID - El Futuro del Trabajo, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Asunción, Paraguay.



Durante el foro, diversos expertos remarcaron los desafíos que presenta el futuro del trabajo tanto para el sector privado como el sector público, la educación, y la sociedad toda, a raíz de las transformaciones económicas y sociales producto de los avances tecnológicos, como la inteligencia artificial (IA), machine learning (ML, aprendizaje de máquinas o aprendizaje automatizado), la digitalización, la robótica, la biotecnología y la automatización, entre otros factores. Acuña participó del panel “Preparando a todos para el futuro del trabajo”, junto con Héctor Mujica, gerente regional de Google.org (el brazo filantrópico de Google), y Ana María Martínez, socia y CMO de Laboratoria, una ONG centrada en formar a mujeres jóvenes de bajos recursos en América Latina.

¿Máquinas versus humanos?

Durante el panel, los expertos remarcaron que el cambio es una constante en la historia del trabajo, y que la automatización no acabará con todo el empleo humano, como a veces se tiende a creer. De hecho, coincidieron en que menos del 5% de las ocupaciones actuales podrían ser completamente reemplazadas por la automatización, y que cerca del 60% de los trabajos podrían automatizar aproximadamente un 30% de las tareas, de acuerdo con datos de la consultora McKinsey. No se trata de un choque de máquinas contra humanos, advirtieron.

“Las nuevas tecnologías ayudarán a aumentar la productividad, especialmente en tareas físicas de alta intensidad o aquellas que son riesgosas para la salud de las personas, y también permitirán el surgimiento de nuevas oportunidades. Por su parte, las personas podrán centrarse más en labores que demanden creatividad, imaginación, habilidades blandas y otras destrezas características de la naturaleza humana” explicó Acuña.

Riesgos reales

Sin embargo, Acuña resaltó que la transformación del trabajo no está exenta de riesgos y desafíos que deben ser atendidos en la actualidad. “Por un lado, la tecnología no beneficia a todos por igual, y la transición puede tener un impacto negativo para las economías en desarrollo, las mujeres y otros grupos humanos vulnerables. Por otro, el mercado laboral demandará cada vez mayores conocimientos en herramientas TIC (tecnologías de la información y las comunicaciones), como IA, Big Data, Internet de las Cosas (IoT) y robótica, y también habilidades blandas. Se demandarán actualizaciones constantes de conocimientos y capacitaciones, lo que también presenta interrogantes a la educación tradicional”.

“Es necesario pensar estrategias para redefinir la educación tal como la conocemos ahora, en función de un mundo laboral en cambio constante y con una creciente tecnologización. Tampoco hay que descuidar que las personas provenientes de los entornos más vulnerables tienen una necesidad inmediata de resolver su situación laboral ante la urgencia de contar con ingresos que le permitan su subsistencia. En este sentido, las TIC presentan una oportunidad, pero que requiere de un gran esfuerzo, educación y acompañamiento para que ellos también jueguen un rol en el trabajo del futuro”, amplió.

Acuña también destacó que “la accesibilidad a la tecnología puede romper barreras territoriales y las capacitaciones deben ampliar horizontes. Si bien las empresas que contratan a los jóvenes siguen estando en grandes ciudades, eso no quita que las personas puedan capacitarse y luego buscar oportunidades locales con trabajos remotos o emprendimientos, o migrar con más herramientas. Existe una enorme oportunidad a desarrollar allí”.